domingo, 20 de septiembre de 2009

la juventud ante la crisis El grueso de los jóvenes sin ocupación residen en A Coruña y Pontevedra

Este colectivo de casi 40.000 gallegos de entre 16 y 24 años ha perdido la atávica pulsión por emigrar

La crisis alimenta la generación «ni-ni», solo sustentada en el colchón de la familia

Son alrededor de cuarenta mil. Tienen entre 16 y 24 años y, para ellos, cada día es una larga cadena de horas sin mucho que hacer. Forman el resto de una población que globalmente roza los 250.000. De ellos, 75.000 se mantienen en la enseñanza, 65.000 en la universidad y unos 73.000, trabajando.
¿Y el resto?
El escaso bagaje juvenil que atesora Galicia tiene un amplio y preocupante segmento fuera del sistema. Sin trabajar, pero también sin mejorar su formación para aprovechar momentos de mayor bonanza económica. Son los ninis, la nueva palabra acuñada por los sociólogos que define a un colectivo que ni estudia ni trabaja y que se está viendo severamente alimentado por la desbocada carrera del desempleo.
El perfil medio del nini gallego es el de un chaval que sigue viviendo con sus padres, que acabó la ESO con mayor o menor fortuna y declinó mejorar su formación académica. En los últimos años, el mercado laboral acogió a una parte de ese flujo, pero el vendaval económico los está enviando al paro con violencia. Contratos temporales, despidos baratos y la ausencia de cargas familiares los convierten en presas fáciles de la reconversión general.
Pese al desarraigo, la familia es el colchón que los mantiene. En el mejor de los casos, sobreviven en casa de sus padres con trabajos esporádicos o cursos formativos que no mejoran sustancialmente su capacitación laboral. En el peor, se precipitan hacia la exclusión.
La nueva generación, acomodada en la familia que ha salvado los problemas de extrema necesidad que obligó a hacer las maletas a centenares de miles de gallegos, ha desestimado también la opción de emigrar, pese al ligero y poco significativo repunte experimentado en los últimos tres años. Es más, muchos jóvenes de los que salieron hacia Andorra o Canarias han regresado a ese colchón familiar al perder sus empleos. Pese a ello, se trata de una generación que ha desarrollado una amplia movilidad, tanto dentro como fuera de Galicia, pero relacionada básicamente con el ocio. Viajan para divertirse, pero no para trabajar.
Jorge Casanova
Fecha de publicación:
20/9/2009