domingo, 8 de julio de 2012
Hace 105 años venía al mundo en Coyoacán (México) una de las más grandes artistas de todos los tiempos, Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, más conocida como FRIDA KAHLO.
(FRIDA KAHLO)
Frida era hija de la diversidad, su padre era Guillermo Kahlo, fotógrafo de origen judío-húngaro y su madre la mexicana Matilde Calderón, de ascendencia española. La historia de su vida es tan fascinante como dolorosa, una mujer fuerte de salud frágil, de vida tormentosa pero libre, comprometida y rompedora, una dinamo humana capaz de convertir en arte todo cuanto le sucedía, un arte que partía de sus pasiones y horrores más intimos.
Su arte de corte indigenista se trato de encasillar en Europa como surrealista, algo que la artista, huyendo de las etiquetas, nunca acepto: "Creían que yo era surrealista, pero no lo era. Nunca pinté mis sueños. Pinté mi propia realidad".
Esta mujer excepcional se relacionó con los grandes intelectuales de la época y tuvo relaciones indistintamente con hombres y con mujeres, pero el gran amor de su vida fue el muralista Diego Rivera porque el que sentía un amor casi obsesivo.
Frida tenía un carácter ocurrente y explosivo, poco convencional.
En el año 1953 se organizó la única exposición individual en vida de Frida en México, su salud estaba muy deteriorada y los médicos le prohibieron asistir a la misma. Minutos después de que todos los invitados se encontraran en el interior de la galería se empezaron a oír sirenas desde el exterior. La muchedumbre enloquecida se dirigió al exterior, allí estaba una ambulancia acompañada de una escolta en motocicleta. Frida Kahlo había sido llevada a su exposición en una cama de hospital. Los fotógrafos y los periodistas se quedaron impresionados. Ella fue colocada en el centro de la galería. La multitud fue a saludarla. Frida contó chistes, cantó y bebió la tarde entera. La exhibición había sido un rotundo éxito.
Murió en Coyoacán el 13 de julio de 1954. Su féretro fue cubierto con la bandera del Partido Comunista mexicano.
Las últimas palabras en su diario fueron: "Espero alegre la salida y espero no volver jamás".