
Viernes 9 de Enero 2009 a las 19 horas
Lugar: "Casa das Mulleres" rua Romil 20
Presenta y Modera:
Mariela Acuña Chavez(Argentina)
Organiza:
Asociación Madres Latinas VIGO ESPAÑA
EL PEQUEÑO TIRANO Y LOS LÍMITES
Sujetar significa sostener firmemente a la persona atribulada en un apretado abrazo hasta que se sienta mejor. En este contacto puede desahogar su dolor, su miedo, su rabia, su tristeza, llorar, gritar y a pesar de todo sentirse querida.
El que sujeta asume la responsabilidad de permanecer con el otro y mantener el abrazo hasta que el que es abrazado vuelva a sentirse bien consigo mismo y fortalecido.
Así surge la VINCULACIÓN, la SEGURIDAD, y la CONFIANZA, se finaliza la sujeción con la calida experiencia del amor mutuo.
Todos necesitamos de esa experiencia, desde que nacemos hasta que morimos, a través de las crisis de la vida, porque nos permite expresar sinceramente los sentimientos de aversión y al mismo tiempo experimentar el amor sin reservas.
En nuestra sociedad vivimos, cada vez con más frecuencia, lo contrario a la sujeción: La falta de unión y la separación. Nos distanciamos inmediatamente de quien nos molesta, nos aislamos los unos de los otros.
Aunque quisiéramos quedarnos o que el otro se quedara, no podemos hacerlo. Actuamos de esta forma, porque es lo que hemos aprendido.
Vivir la sujeción significa:
1. Estoy en una crisis.
2. Expreso mi dolor.
3. El que me sujeta no me ve “feo” o desagradable. Se queda y me abraza fuerte.
4. Con la experiencia del amor del otro y al otro, puedo superar la crisis.
5. Me siento satisfecho, ligero, más libre y feliz
Todavía hay pueblos indígenas donde la experiencia de ser sujetado, está presente desde el momento del nacimiento. Los niños son” cargados” por su madres o familiares más cercanos y viven sus crisis en contacto directo con la persona de referencia.
Gracias a esto aprenden a: Expresar sus emociones, a confrontar y a frustrarse sanamente.
Cuando crezcan podrán mostrar lo que sienten y como se sienten, sin tener que esconderse en un rincón a vivirlo en soledad.
Estos, cada vez más pequeños núcleos de población, son observados por antropólogos y científicos, y sus descubrimientos nos traen la posibilidad de recuperar, para nuestra sociedad occidental, lo bueno que un día perdimos y que ellos aun conservan.
Tomemos lo bueno, lo amable, lo amoroso que otros pueblos han guardado para nosotros, remediando nuestro olvido.
Compartamos lo bueno, lo amable y lo amoroso que nosotros tenemos y entre todos:
¡ALIGEREMOS LAS CARGAS DE NUESTROS NIÑOS!